Blog

Cuando se toma la decisión de compartir la vida con un can, asumimos una gran responsabilidad, así como el compromiso de cuidar por su salud y bienestar físico. Eso, con frecuencia, nos motiva ciertas inquietudes, interrogantes no siempre bien resueltas que pueden devenir malentendidos.

Ciertamente deseamos lo más positivo para nuestro peludo camarada, aunque debido a la escasa información con la que se cuenta, ello propicia que en algunos casos procedamos de modo poco indicado para sus mejores condiciones sociales, cognitivas y emocionales.

Es en el marco anterior que se vuelve más importante- en la medida de lo posible y con la ayuda de expertos en el tema- saber comunicarse con un perro mascota.

La adaptación del perro a su nuevo hogar

Una etapa clave para la adopción de un can como animal de compañía es la llegada del perro a su nueva casa. Es necesario permitir que el animal explore y conozca su nuevo habitat libremente. También es positivo que los paseos iniciales no sean demasiado prolongados. Bastarán unos 10 o 15 minutos unas cuatro veces día con día, en incluso un poco menos si nuestra mascota es un cachorro.

También es indispensable que el can cuente con un rincón de la casa propio, un espacio tranquilo y sin demasiados estímulos alrededor para que pueda descansar plenamente.

Cabe tener presente que los canes precisan pasar buena parte del día durmiendo.

Las emociones de nuestro perro

De manera previa al análisis sobre los distintos aspectos que influyen en la relación con el perro, hay que conocer lo mejor posible acerca de las emociones que experimentan estas mascotas.

En este sentido, debemos tomar conciencia de lo que estamos experimentando en cada instante y permitir que el can pueda gestionar sus propias emociones. No debemos esperar que un perro se tranquilice únicamente por las referencias que reciba de los humanos que se encuentren en su entorno.

Lo anterior no implica que debamos siempre estar en paz o relajados al cien por ciento, sino que más bien logremos asumir nuestras particulares emociones, antes de exigirle al can que haga lo mismo con las suyas.

La necesidad de reducir el estrés en el perro

Para que un can se encuentre en condiciones de aprender por su propia cuenta y así logre fincar una conexión de seguridad y de confianza, es necesario que en animal se encuentre con el mejor estrés posible.

Un can estresado, así como sucede con una persona estresada, no es capaaz de extraer o de interiorizar aprendizaje alguno por medio de alguna vivencia tenida. Del mismo modo, un perro con estrés tampoco es capaz de ofrecer alguna definida respuesta ante alguno de los estímulos que se le presenten de modo consciente y razonado.

Casi todos los perros mascota en la actualidad viven bastante afectados por el estrés, así que, independientemente de cuál sea la complicación de conducta que exhiba un can, lo primero que debe hacerse para solucionar tal problema será disminuir sus niveles de estrés.

Debemos saber que hay numerosos factores capaces de generar estrés en el can. De hecho, cualquier evento capaz de exponer al animal a una circunstancia de estrés desmedido, provoca que el organismo del perro produzca distintas sustancias químicas de modo natural.

Tales niveles de estrés son aceptables por completo para un can, y hasta indispensables para que el animal se mantenga alerta ante algún posible riesgo.

La complicación se presenta cuando cuando la presencia de la persona que atiende al can provoca que esta mascota quede sometido a un elevado nivel de estrés de modo nada natural.

Otro factor clave que propicia el estrés antinatural en el perro, es cuando se tiene la tendencia a tratar al animal como si fuera una persona, así como también como si se tratara de un individuo con una edad emocional distinta a la que le correspondería por sus circunstancias de vida.

Es indispensable que en el entorno del perro haya el suficiente silencio y mucha quietud para que el animal pueda reposar y que se le moleste lo mínimo llamándolo o pidiéndole que haga algo.

También es indispensable para la salud emocional del perro garantizarle una interacción cotidiana de calidad con las personas que cuidan a esa mascota en casa.