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Errores comunes en el manejo del ganado y cómo evitarlos

El manejo eficiente del ganado es clave para garantizar la productividad y sostenibilidad de una explotación pecuaria. Sin embargo, es común que, por falta de capacitación o desconocimiento, se cometan errores que afectan la salud animal, el rendimiento y, en consecuencia, la economía del productor.

Por ello, es fundamental contar con la asesoría veterinaria adecuada desde el inicio, ya que un profesional en salud animal puede prevenir muchas de estas equivocaciones y brindar soluciones ajustadas a cada contexto.

Mala alimentación y nutrición inadecuada

 

Uno de los errores más frecuentes es no proporcionar una dieta balanceada al ganado. Muchas veces se recurre a pasturas pobres o se omite el complemento alimenticio necesario en ciertas épocas del año. Esto genera deficiencias nutricionales que afectan el desarrollo, la producción de leche o carne, y la capacidad reproductiva de los animales.

¿Cómo evitarlo?

 

Es crucial diseñar un plan alimenticio que contemple las necesidades específicas de cada etapa productiva: crecimiento, gestación, lactancia, etc. Incorporar suplementos minerales y vitaminas, sobre todo en temporada seca, puede marcar una gran diferencia. Realizar análisis periódicos del forraje y del agua disponible también ayuda a ajustar la dieta.

Manejo brusco o inadecuado de los animales

 

El estrés en el ganado provocado por un manejo inadecuado es otro error recurrente. Golpes, gritos, encierros prolongados y malas prácticas durante el arreo impactan negativamente en el bienestar animal y pueden provocar lesiones o enfermedades.

¿Cómo evitarlo?


Aplicar técnicas de manejo racional, con base en el comportamiento animal, reduce significativamente el estrés. Capacitar al personal en estas prácticas y contar con instalaciones adecuadas —como corrales bien diseñados y tranquilos— es esencial para un manejo seguro y eficiente.

Falta de registros sanitarios y productivos

 

No llevar un control sistemático de la salud y productividad del hato limita la capacidad del productor para tomar decisiones acertadas. Sin registros, es difícil identificar animales con bajo rendimiento, controlar enfermedades recurrentes o planificar campañas sanitarias.

¿Cómo evitarlo?

 

Implementar fichas individuales, software o simples cuadernos de control donde se registren datos como nacimientos, servicios, enfermedades, tratamientos y producción diaria, permite una gestión más profesional y efectiva del hato.

Descuidar la prevención de enfermedades

 

Esperar a que el ganado enferme para actuar es uno de los errores más costosos. La falta de desparasitaciones periódicas, vacunación o control de vectores (moscas, garrapatas, etc.) puede desencadenar brotes que afectan a todo el hato.

¿Cómo evitarlo?

 

Diseñar y cumplir un calendario sanitario adecuado a la zona y tipo de producción es esencial. Además, mantener la limpieza en corrales, bebederos y áreas comunes ayuda a reducir la carga microbiana. La bioseguridad, aunque muchas veces subestimada, es una barrera clave para proteger al ganado.

Reproducción sin planificación

 

Permitir la monta libre o no registrar los ciclos reproductivos puede derivar en partos fuera de temporada, intervalos largos entre partos o problemas genéticos en el hato. Todo esto impacta negativamente en la productividad y sostenibilidad del rancho.

¿Cómo evitarlo?

 

Es recomendable establecer un plan reproductivo: seleccionar los mejores ejemplares, programar inseminaciones artificiales o montas controladas, y monitorear los ciclos de celo. Además, realizar diagnósticos de gestación a tiempo permite tomar decisiones informadas y evitar pérdidas económicas.

No dar importancia al bienestar animal

 

El bienestar animal no solo es una cuestión ética, sino que tiene implicaciones directas en la salud y productividad del ganado. Espacios reducidos, falta de sombra, bebederos sucios o no permitirles descanso adecuado son fallas comunes.

¿Cómo evitarlo?

 

Ofrecer condiciones de alojamiento confortables, acceso permanente a agua limpia y zonas de resguardo ante el sol o las lluvias mejora el rendimiento del ganado y reduce enfermedades. También es importante evitar el hacinamiento y permitir que los animales expresen comportamientos naturales.

Manejo inadecuado del destete

 

El destete es una etapa crítica que, si no se realiza de forma gradual y controlada, puede causar estrés, pérdida de peso y vulnerabilidad a enfermedades en los becerros.

¿Cómo evitarlo?

 

Aplicar técnicas de destete progresivo, como el uso de dispositivos nasales o la separación paulatina, reduce el estrés. Además, asegurar una buena nutrición antes y después del proceso favorece un crecimiento sano.

Ignorar la calidad del agua

 

El agua suele pasarse por alto, pero es uno de los elementos más importantes en la producción ganadera. El agua contaminada o escasa puede causar diarreas, intoxicaciones, pérdida de apetito y reducción en la producción.

¿Cómo evitarlo?

 

Realizar análisis de calidad del agua periódicamente, mantener los bebederos limpios y garantizar un suministro constante es una acción sencilla que previene muchos problemas.

La ganadería moderna exige conocimientos técnicos y una gestión consciente del bienestar animal y la productividad. Evitar estos errores comunes requiere voluntad de mejora, capacitación continua y disposición para adaptar las prácticas tradicionales a enfoques más sostenibles.

En este sentido, la asesoría veterinaria no debe considerarse un gasto, sino una inversión estratégica que optimiza los recursos, protege al hato y mejora significativamente los resultados económicos a largo plazo.

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