Blog

Es muy importante tratar de mirar el mundo a través de la perspectiva de tu mascota. Lo mismo aprender a respetar lo diferente que haya entre ambos, una mascota y su dueño. Es el primer paso para identificar los requerimientos de nuestro animal de compañía tomando en cuenta las características de su especie, raza y edad. Vale la pena profundizar más en estas temáticas, justo como lo haremos a continuación.

Más allá de juguetes o premios, el mejor obsequio que podemos hacerle a nuestra mascota, por ejemplo, un perro, es tratar de ver el mundo como lo vería él. Por supuesto que lo material es importante, es verdad que con dinero podemos adquirir diferentes productos que pueden aumentar el bienestar de nuestra mascota, por ejemplo, artículos recreativos o golosinas variadas. No obstante, hay más allá en la mente del perro y en sus posibilidades de interacción, que la posibilidad de que simplemente obedezca a las indicaciones más sencillas: que se tienda en el suelo o se incorpore.

La perspectiva de vida de un perro

Hay que tener presente que nuestro perro es un animal de compañía y que nunca dejará de lado esa faceta silvestre que le es particular a su especie. La domesticación fue un proceso que fue presentándose durante un periodo largo y arduo en el pasado que incluso dejó alteraciones físicas en los perros. No obstante, en todo momento se hará presente en nuestro can cierta esencia agreste que tenemos que comprender y aceptar.

Se tienen registradas más de 400 variedades de perros, distintas razas que tienen particularidades diferentes y habilidades específicas. No obstante, salvo contadas excepciones, esas habilidades naturales no serán de especial utilidad en la vida cotidiana: si se tiene como mascota un perro esquimal, por ejemplo y se habita en un entorno urbano, su natural capacidad para tolerar el frío extremo o para tirar de un trineo repleto de víveres, no nos será de mucho provecho. No obstante, resulta básico comprender a nuestro perro esquimal partiendo de estos aspectos vinculados a su crianza original y tomando en cuenta aspectos que todavía están ligados a su genética de manera natural.

La personalidad de nuestro perro

Es tiempo de comentar acerca de la personalidad de nuestro perro, en especial de la necesidad que tenemos de identificar las características de su natural temperamento. Es un factor que define enteramente la manera en la que el animal capta el mundo y se desenvuelve en él. Tomemos como ejemplo el caso de un perro de carácter dominante, el cual tiene la tendencia a explorar cualquier entorno donde se encuentre. En contraste, también hay perros de carácter tímido que se ocultan bajo la mesa cuando una persona extraña visita nuestro domicilio. De lo que se trata es comprender y aceptar el carácter de nuestro perro, para proyectar el plan de adiestramiento adecuado a su temperamento y cuidarlo de mejor manera.

De modo contrario a lo que sucede con los humanos, que consiguen aprender acerca de su entorno al escuchar lo que dicen los demás, los canes tienden a darle prioridad a la comunicación no verbal. En este sentido, desde la postura corporal que uno exhiba, particularmente en situaciones estresantes o de gran tensión, hasta el lugar donde uno mire, el perro lo capta y aprende de ello, qué debe hacer y qué debe dejar de hacer.

El lenguaje corporal en la relación perro-humano

Por otra parte, es necesario hacer lo posible por entender el lenguaje corporal de nuestro perro para así tener una perspectiva más completa de su comportamiento y de este modo interactuar de modo más pleno y satisfactorio con nuestra mascota.

Como muestra de lo anterior cabe señalar algo importante si uno mira atentamente a un perro, este tiende a interpretar esa acción como una señal de liderazgo. De modo que vale la pena conocer esta constante al momento de ensayar una estrategia de adiestramiento. No debemos olvidar que el apego que los perros sienten por los humanos que los atienden es el resultado de un largo periodo de domesticación. Los perros tienen actualmente la tendencia a obedecer a los humanos como si actuaran con animales de su propia especie. Ese es el modo en el que esta clase de animales de compañía percibe el mundo y a partir de ello debemos comenzar cualquier tentativa de adiestramiento.