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Las planificaciones de prevención de enfermedades y bioseguridad para la cría de animales de granja son algo obligatorio, en especial si se pretende destacar en este entorno, el cual cada vez es más disputado.  

A modo de orientación al respecto, en lo que sigue les comentaremos cómo debe de ser el control sanitario en criaderos.

Medidas de prevención y control sanitario en los espacios pecuarios

Contar con corrales especiales para implementar cuarentenas, lejos de las zonas de producción, es una medida más que adecuada para fines sanitarios. Aislar a los ejemplares nuevos, por ejemplo, cerdos recién adquiridos para una granja porcícola, es algo indispensable para proteger la salud de animales que se vayan comprando.

Prácticas de protección sanitaria para los negocios pecuarios

Tanto los instrumentos como cualquier equipo empleado y el propio personal relacionado con el área de cuarentena en las explotaciones pecuarias deben de ser algo exclusivo para tal apartado.

El propósito de la aclimatación debe ser la progresiva adaptación de los nuevos ejemplares a los gérmenes que pudieran estar presentes en las instalaciones, para que, estando en contacto con ellos, desarrollen una cierta inmunidad.

Cabe mencionar que la fase de cuarentena para el ganado porcino tiene una duración aproximada de un mes y la de aclimatación unos noventa días como máximo, aunque ello depende de las enfermedades que se presenten con mayor frecuencia en una explotación pecuaria determinada.

Precauciones que se deben tener al adquirir ejemplares nuevos

No es recomendable adquirir ejemplares de reemplazo que se encuentren ya en la adultez y mucho menos hembras que estén gestando. Entre mayor sea el número de problemas sanitarios que se tengan la edad de los ejemplares de reemplazo debe de ser menor. Es una estrategia para que los animales adquieran una valiosa inmunidad.

Lo mejor es adquirir ejemplares porcinos que tengan una edad menor a los cinco meses. Es justamente en tal etapa en la que conviene comenzar un eficaz plan de vacunación, enfocado a complementar la condición inmune que se está buscando para los animales.

De entre las vacunas que más de emplean para la protección sanitaria de los jóvenes cerdos destacan las de la E. coli, salmonella, parvovirus, peste porcina, aftosa, leptospira y erisipela.

Como alcanzar la mejor protección sanitaria para los animales de granja

Las explotaciones pecuarias deberían de estar por lo menos a cinco kilómetros de distancia entre sí y resulta mejor aún si se encuentran separadas por áreas arboladas y lomas.

Por lo demás, la colocación de los corrales en el interior de los criaderos y granjas también desempeña un rol clave en lo que respecta a la transmisión de determinadas enfermedades por medio de los vientos.

El agua empleada en criaderos y granjas de animales pecuarias debe de provenir de pozos de gran profundidad y de tuberías de h2O potable. No obstante, de ser preciso el vital líquido debe de ser tratado y analizado.

Y si la fuente de donde se obtiene el agua es un canal o una laguna los medios para comprobar la seguridad sanitaria del líquido deben de ser aún más rigurosos y frecuentes.  

Nutrición y medidas de cuidado sanitario en las explotaciones pecuarias

El alimento de los cerdos y los insumos empleados para prepararlo nunca deben de ser transportados en vehículos que se empleen para llevar a los ejemplares.

En este mismo sentido, las plantas procesadoras de alimento equilibrado para animales de granja también están obligadas a mantener los mejores niveles de bioseguridad en sus procedimientos.

Por lo demás, tanto los equipos como las maquinarias no deben de ser prestadas entre las diferentes explotaciones: la utilización de estos recursos e instrumentos debe de ser exclusivo para cada negocio pecuario.

Consejos adicionales para protección sanitaria de granjas y criaderos

Los vehículos de carga deben de llegar hasta un lugar intermedio entre las distintas explotaciones. Tales camiones no deben de traspasar las zonas “higienizadas”. Se deben establecer rutas especiales para la movilización tanto de los trabajadores de granjas y criaderos como de los vehículos para el transporte pecuario.

Los trabajadores de los criaderos deben de estar perfectamente capacitados e instruidos con respecto a los más actuales planes de bioseguridad. Es una medida indispensable para disminuir al máximo los riesgos de que se presente cualquier enfermedad que afecte a los ejemplares.