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Tras el parto, el primer año de vida de un mamífero mascota es clave para su posterior desarrollo físico y su futura salud. El feto del perro o del gato es ya capaz de sentir en el interior del seno materno. De hecho, los fetos responden a la interacción de la tripa materna a partir de las dos postreras semanas de gestación. De modo que, si la madre ha sido nutrida adecuadamente y se encuentra en un ambiente libre de estrés, entonces tendremos grandes probabilidades de que nazcan cachorros saludables.

En las líneas que siguen comentaremos más acerca de los momentos vitales para el desarrollo físico de las mascotas, en este caso específico, apenas tras el nacimiento del perro o del gato.

Cómo son las mascotas tras nacer

Las crías de mamíferos mascotas nacen sin poder oír y sin poder ver. Los sentidos que estos animales tienen más desarrollados son el olfato y el tacto y es a través de ellos que mininos y canes son capaces de movilizarse hasta las mamas de su madre y de ese modo nutrirse con el calostro para poder mantenerse con vida.

Resulta importante no tocar demasiado a las crías recién nacidas puesto que sufren de gran estrés al verse alejados de su madre. Así también, esta última experimenta temor y en algunas ocasiones agresividad si alguien se acerca a sus crías.

El desarrollo inicial de las crías caninas

Las crías irán abriendo los ojos paulatinamente habiendo cumplido los primeros diez o doce días. Por supuesto, no debe forzarse esta apertura en ninguna circunstancia. En ciertos casos puede detectarse alguna secreción de color amarillento o blanquecino, la cual debería de asearse con suero fisiológico salino o con agua de manzanilla. Si tal secreción vuelve a generarse, es necesario llamar al veterinario para que examine al joven animal y detecte si es que se presenta alguna severa problemática, como, por ejemplo, una intensa infección o alguna malformación.

Una vez que las crías han abierto sus pequeños ojos, comenzarán a observar y con ello iniciarán una fase de exploración. Es un tiempo en el cual se alejarán de la madre apenas cortas distancias y retornando pronto a su lado. A ello se le conoce como “exploración en estrella”.

Optimizando la alimentación de las crías caninas

Por lo que se refiere a la nutrición, no se debe agregar nada durante los primeros treinta días de vida del animal. Y es que, si todo se ha desarrollado correctamente, los perritos tienen a su alcance leche materna, alimento suficiente y conveniente para ellos. Lo que sí podemos hacer es atender la alimentación de la madre, cuidando que tenga un entorno limpio y apacible.

En este lapso, también es poco aconsejable que tanto la madre como las crías reciban demasiadas visitas. Ello se debe al considerable estrés emocional al que podríamos someter a la perra y sus cachorros. Las secuelas de lo anterior se advertirán posteriormente, por ejemplo, a través de irregularidades en el sistema inmune del cachorro y con ello mayores riesgos de que se presenten enfermedades parasitarias o infecciosas.

Para brindarle complementos alimenticios a los cachorros conforme van aproximándose a las primeras seis semanas de vida, es conveniente solicitar asesoría al veterinario, en especial si es experto en nutrición animal.

Atendiendo señales de posibles enfermedades

Es aconsejable revisar cotidianamente las heces de las crías para así evaluar si la nutrición que les estamos brindando a los jóvenes perros es la adecuada. Si el excremento se presenta como suelto o con mucosidad, si el animal tiene muchos gases, o si experimentamos dudas con respecto a la alimentación de los cachorros, es preciso consultarlo con el veterinario. Solo así se podrá tener plena seguridad de que se está procediendo correctamente al respecto.

Cuando el cachorro ha cumplido el primer mes de vida, es necesario iniciar con las llamadas coprologías (es decir, revisiones de heces efectuadas en el laboratorio). Si acaso estos exámenes especializados arrojan resultados positivos, ello quiere decir que se han detectado larvas o huevos en los intestinos de la cría. Y si bien las desparasitaciones de la camada son importantes, lo mejor es abordar esta temática desde un enfoque preventivo.