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El bulldog —inglés, francés o americano— es una raza querida por su carácter afectuoso y su temperamento tranquilo, pero también es conocida por tener una piel especialmente sensible. Sus pliegues faciales, su conformación compacta y su predisposición genética lo vuelven susceptible a dermatitis, alergias, hongos, infecciones y otros problemas que pueden evolucionar rápidamente si no se atienden con cuidado. Por ello, la asesoría de un veterinario es esencial para elegir los productos correctos y asegurar un mantenimiento adecuado de su piel.

La estructura de su cuerpo hace que los pliegues acumulen humedad, polvo y residuos de comida, creando condiciones ideales para bacterias y hongos. Aunque los primeros signos —como enrojecimiento leve o picazón— pueden...