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También conocido como el “piojillo del gallinero” el ácaro rojo se presenta como un ectoparásito que suele infestar a aves de variadas especies, aunque se le detecte con más frecuencia en gallinas que han sido criadas para propósitos reproductivos. Casos menos frecuentes nos permiten saber que el ácaro rojo también es capaz de picar a los humanos y a otros mamíferos.

Aunado a causar un extremo picor y abundante irritación en la piel, el “piojillo del gallinero” es capaz de contagiar distintas enfermedades varias de las cuales pueden derivar en la muerte del ejemplar afectado.

Un detalle valioso de conocer, en especial para quienes se dedican a los negocios pecuarios, es el modo de prevenir el ácaro rojo en las gallinas.

En lo que sigue abordaremos con más detalle acerca del tema. El objetivo de las soluciones veterinarias relacionadas con el problema del ácaro rojo es el control de las infestaciones que se presentan en granjas y criaderos avícolas.

Cómo comprender el problema del ácaro rojo

Hablar acerca del ácaro rojo es hacerlo acerca de una variedad de ecoparásito hematófago que se nutren a través de la ingesta de sangre de los animales que parasitan. El nombre científico de este ácaro es Demanyssus gallinae y tiene un tamaño aproximado de 1 mm en su etapa de adultez. El cuerpo del ácaro rojo adquiere esta precisa tonalidad cuando el insecto se llena de sangre, aunque de manera natural su color es blanco.

Los peligros para la salud que produce el ácaro rojo

Al tratarse de parásitos que se alimentan de sangre, los ácaros consiguen los nutrientes básicos para su sobrevivencia ingiriendo sangre de sus hospederos. Lo anterior deriva en una notable disminución de su capacidad alimenticia, en tanto que los nutrientes obtenidos a través de la comida son aprovechados por los ácaros antes de que el organismo de la gallina los pueda aprovechar.

Cómo es el tratamiento del ácaro rojo en las aves de corral

Si acaso una infestación de ácaro rojo no es atendida en tiempo y forma, la gallina quedará bastante vulnerable al riesgo de padecer anemia, al grado que termine por fallecer.

El ácaro rojo también opera como transmisor de variadas enfermedades. De entre los problemas de salud que esta clase de ácaros pueden propiciar destaca la cólera aviar, la espiroquetosis, la tifoidea aviar y la Salmonella.

Para combatir los brotes de ácaro rojo en las poblaciones de gallinas, pollos, gallos y pavos lo más indicado es implementar estrategias preventivas de gran eficiencia para controlar las infestaciones producidas por este parásito.

Es indispensable separar a los ejemplares infestados de las demás aves. Para cortar la cadena de infestaciones es básico que los animales afectados no tengan contacto con los animales domésticos que haya en esa explotación, considerando que los ácaros rojos son capaces de transmitirse en las mascotas e incluso en las personas.

Otros posibles tratamientos para curar el ácaro rojo en las gallinas

De entre las principales soluciones veterinarias para controlar las infestaciones de ácaro rojo en las gallinas destacan las siguientes:

El uso de acaricidas, productos especiales que se consiguen especialmente como spray o polvos.

La utilización de extractos naturales y aceites esenciales

Tratamientos físicos como el aprovechamiento de elevadas temperaturas. Para ello, se aplican procedimientos que incluyen vapor, lavados de las zonas donde se concentra a las aves y aspirados frecuente en los habitáculos de las aves.

Otro procedimiento interesante para contener los brotes de ácaro rojo en granjas y criaderos avícolas es la utilización de polvos magnéticos, es decir, finas partículas que no causan daño alguno a las gallinas y que consiguen eliminar a los ácaros al producir la abrasión.

El polvo en cuestión, al impermeabilizar la cutícula que integra el exoesqueleto del ácaro, producen la muerte de este último por deshidratación extrema.

En años recientes ha comenzado a experimentarse con la utilización de depredadores naturales de los ácaros como vía para la curación de las aves infestadas por este problema.

En efecto, investigadores franceses han comenzado a utilizar especies no invasivas de artrópodo como la taurrus y la androlis, para conseguir un control biológico del ácaro rojo en las poblaciones aviares de granjas y criaderos. No obstante, esta última técnica aún esta en sus primeras etapas de desarrollo.