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A la enfermedad intestinal en los perros se le conoce también como IBD y se presenta como una dinámica inflamatoria de tipo crónico, capaz de dañar a distintas porciones del intestino del perro. Esta problemática se presenta por las acumulaciones celulares inflamatorias en las mucosas intestinales. Es por ello que se pueden presentar distintas clases de IBD de acuerdo a cada caso.

Con frecuencia, el síntoma más habitual de la IBD es la diarrea crónica. Es gracias a la histopatología que se obtiene un diagnóstico definitivo para esta problemática. El tratamiento que se debe de aplicar para contener la IBD debe combinar una terapia farmacológica y una terapia dietética.

Comprendiendo los alcances de la enfermedad intestinal en los perros

La Inflamatory Bowel Disease (IBD) o enfermedad inflamatoria intestinal se perfila como una enteropatía de nivel crónico definida por una intensa inflamación del intestino. La causa de ello son las acumulaciones de elementos inflamatorios- macrófagos, linfocitos o células plasmáticas, entre otros- en las mucosas intestinales del can.

Cuáles son las causas de la enfermedad intestinal en el perro

Y si bien, las causas de la enfermedad no son sencillas de determinar, se considera como factor clave una desmedida respuesta a un grupo de antígenos, como, por ejemplo, elementos del propio aparato digestivo que interactúan directamente con las mucosas intestinales, alérgenos nutricionales de la dieta seguida por el can y bacterias presentes en la microflora de los intestinos.

Tal respuesta tan extrema del sistema inmunológico del can puede ser motivada por un mal funcionamiento de la permeabilidad de los intestinos lo cual deriva en un incremento en la exposición de los antígenos del organismo canino.

Severas variaciones en la microbiota intestinal pueden acontecer por los cambios en el peristaltismo intestinal y la absorción que propicia la IBD.

Cuáles son las variedades de enfermedad intestinal en los perros

Según la clase de acumulaciones celulares que motiven las inflamaciones de la mucosa intestinal es posible distinguir distintas variedades de enteritis: granulomatosa, eosinofílica y linfoplasmocitaria.

Cuando el colon se ve afectado por esta condición, entonces se presentan algunas clases de colitis: linfoplasmocitaria, eosinofílica, granulomatosa y ulcerosa-histiocítica.

Principales síntomas de enfermedad intestinal en los canes

Los canes que padecen de esta problemática suelen experimentar diarrea crónica, en contraste con los mininos, que sufren más de excesiva disminución de peso e incontrolables vómitos.

Otros síntomas asociados a la IBD son: variaciones en las ganas de alimentarse, una deficiente absorción de los nutrientes, vómito de tipo bilioso, una intensa desnutrición, flatulencias, heces sanguinolentas o con mucosidad, anemia y dolores abdominales.

El diagnóstico de enfermedad intestinal en el can

Lo primero que debe hacerse ante un posible caso de IBD es el descarte de otras enfermedades que pudieran motivar síntomas similares. El veterinario es capaz de obtener un preciso diagnóstico de la enfermedad intestinal en el can, realizando una biopsia intestinal con el objetivo de revisar sus condiciones anatomopatológicas.

Procedimientos como los siguientes también le serán de gran utilidad al especialista para lograr el mejor diagnóstico de esta problemática: cultivos de heces, análisis de tipo coprológico, ecografías y radiografías.

El tratamiento de la enfermedad intestinal en los perros

Conviene saber que el tratamiento de la enfermedad intestinal en el perro nunca es plenamente curativo. No obstante, es posible lograr un control de los síntomas más allá de que la inflamación siga haciéndose presente.

Ahora bien, el tratamiento dependerá de la gravedad de la condición inflamatoria en los intestinos y de la presencia o carencia de baja vitamina 12. A partir de ello se derivan cuatro variedades de actividad clínica y diferentes tratamientos.

Por lo general, el tratamiento para atender los casos de IBD suelen incluir el uso de Fenbendazol  y la prescripción de una dieta hipoalergénica con proteína novel o hidrolizada. Del mismo modo, habitualmente suelen emplearse antibióticos como el metronidazol y la tilosina.

De no obtenerse la respuesta anticipada el veterinario debe de añadir otros medicamentos inmunosupresores según las particularidades de cada caso.

Bajo ninguna circunstancia debe medicarse a un perro que padezca de enfermedad intestinal, puesto que es solo el veterinario el profesional capacitado para atender esta clase de casos. De lo contrario, la salud de nuestra mascota con IBD puede verse altamente comprometida.