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Por qué mi can estornuda con frecuencia

Acción refleja plenamente normal, sin embargo, cuando nuestro perro estornuda con demasiada frecuencia, es habitual que se presenten dudas y tengamos la inquietud acerca de la razón de ello, además de las medidas que debemos seguir al respecto.  En las líneas que siguen comentaremos algunas de las principales causas que motivan los estornudos incontrolables en el perro.

Las personas que dedican parte o una gran porción de su tiempo para el cuidado de los perros deben de tener presentes algunas de las causas que mencionaremos a continuación, para entender qué debe hacerse ante el problema de los estornudos frecuentes en el can.

De entrada, lo más importante en estos casos es contar con el inmediato apoyo de un experimentado veterinario. Es este especialista el mejor capacitado para identificar los factores propiciantes del mencionado fenómeno.

Cómo se presentan los estornudos en los canes

El estornudo en el perro se manifiesta del mismo modo en el que se presenta en las personas. Estamos hablando de bruscas y repentinas expulsiones de aire por la nariz y por la boca. Ello es indicio de una irritación nasal. Con lo anterior también suelen presentarse secreciones nasales y es habitual que ambos síntomas se manifiesten de modo conjunto.

Si un can estornuda de manera ocasional no es algo que deba producir angustia o preocupación en las personas que atienden al animal. Sin embargo, no es lo mismo cuando un perro experimenta violentos estornudos incesantes o que se presente en conjunto otra severa sintomatología.

Causas por las que un perro estornuda en exceso

Debemos tener presente que cuando los estornudos del perro son demasiado violentos en animal puede arrojar sangre con ello, al producirse hemorragias nasales.

Como quiera que sea, si un perro estornuda con demasiada frecuencia ello también puede estar relacionado con la presencia de algún cuerpo extraño dentro de las cavidades nasales del animal.  

Cuando ello se presenta el can estornuda de modo violento y repentino, sacude la cabeza una y otra vez, además de frotarse la nariz con las patas o contra algún objeto. Tales cuerpos pueden ser semillas, esquirlas, semillas, astillas y varios otros más.

A veces, tales estornudos logran retirar el objeto que incomoda al perro y que lo hace estornudar, no obstante, si el animal continúa estornudando sin control, puede acontecer una secreción unilateral en la fosa donde ese elemento extraño se encuentre. Tal fenómeno es indicio de que el objeto no ha sido expulsado aún.

Cómo debes actuar si tu perro estornuda mucho

De entre las principales causas que propician los estornudos demasiado frecuentes en el can hay que mencionar las siguientes: dermatitis atópica, fístula oronasal, tumores nasales, inversión del estornudo y dermatitis atópica.

Bajo ninguna circunstancia debe de medicarse al can por cuenta propia. Menos aconsejable aún es usar medicinas que tengamos en el botiquín de uso humano, por ejemplo, para darle algún fármaco creado para tratar alergias o resfriados.

Por el contrario, si tenemos la impresión de que nuestra mascota estornuda en exceso o como síntoma de alguna otra enfermedad, es necesario llevar al animal con el veterinario, ya que resulta urgente conocer la causa de esos anormales estornudos.

El tratamiento que deberá emplearse será distinto en cada caso. En el caso de los canes que tienen un objeto extraño en las fosas nasales, en ocasiones el veterinario deberá aplicarle anestesia al perro para buscar ese objeto y para retirarlo.

No se debe postergar la consulta con el especialista, puesto que, con el paso del tiempo, el elemento extraño exhibirá la tendencia de internarse en la cavidad nasal y con ello se agravará el problema. Inclusive podría ser necesario hospitalizar al animal para proceder a su tratamiento.

Si lo que generan los estornudos es una alergia, entonces el veterinario usará algún producto antihistamínico, además de ácidos grasos, corticoides o champús especiales. En lo que se refiere a la fístula oronasal, es un problema que no se resuelve únicamente con fármacos, sino, además, realizando una intervención quirúrgica en el can. El propósito de esta operación es corregir el defecto que propicia la regurgitación en el organismo del animal.

Caso contrario es el de la rinitis, enfermedad que sí puede ser atendida en el perro usando productos antifúngicos o antibióticos. 

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