Blog

El cuidado del plumaje en los pavos de cría en México es fundamental para garantizar su salud, bienestar y buen desarrollo productivo. Las plumas no solo cumplen una función estética, sino que protegen la piel, regulan la temperatura corporal y contribuyen al comportamiento natural del ave.

Sin embargo, diversas enfermedades, parásitos y deficiencias pueden afectar su integridad, provocando pérdida de rendimiento, estrés y mayor susceptibilidad a infecciones. Conocer las principales afecciones que dañan el plumaje es una herramienta clave para los productores que buscan mantener parvadas sanas y sistemas de producción eficientes.

Parásitos externos y deterioro del plumaje

Uno de los problemas más comunes en pavos de cría en México es la presencia de parásitos externos como piojos y ácaros. Estas plagas se alimentan de restos de piel, sangre o material de las plumas, causando picazón intensa, irritación y pérdida localizada de plumaje. Los piojos comúnmente se ubican en áreas como el cuello, el pecho y la base de las alas, donde ponen sus huevos adheridos a los cañones de las plumas.

Los ácaros, por su parte, pueden habitar en las plumas o debajo de la piel, generando lesiones que comprometen la integridad del plumaje y pueden detonar infecciones secundarias. Este tipo de infestaciones provoca que los pavos se rasquen o picoteen en exceso, lo que agrava la pérdida de plumas y genera estrés en la parvada.

Una mala higiene en los criaderos, la acumulación de humedad y la presencia de fauna silvestre aumentan el riesgo de transmisión. El control regular con productos autorizados y la limpieza rigurosa de los corrales ayudan a evitar este problema.

Enfermedades virales que afectan las plumas

Algunas enfermedades virales también provocan daños visibles en el plumaje. Una de las más relevantes es la viruela aviar en su forma cutánea, que causa lesiones verrugosas en la piel y alrededor de los folículos de las plumas. Estas lesiones pueden impedir el correcto crecimiento de nuevas plumas o deformarlas.

En casos graves, se observa pérdida de zonas completas del plumaje debido a las costras que se forman en la piel afectada. Otra infección de importancia es la enfermedad de Newcastle, que aunque afecta principalmente el sistema respiratorio y nervioso, puede generar plumaje erizado, sin brillo y en mal estado debido al fuerte impacto que tiene en la salud general del ave. Los pavos enfermos suelen mostrar un aspecto desaliñado y una marcada reducción en el acicalamiento, lo cual contribuye al deterioro de las plumas.

La prevención mediante vacunación y el control del ingreso de aves foráneas son medidas clave para evitar la propagación de estos virus en los criaderos mexicanos.

Deficiencias nutricionales y su impacto en las plumas

La alimentación tiene un papel determinante en la calidad del plumaje. Los pavos requieren un aporte adecuado de proteínas, aminoácidos esenciales como la metionina y la lisina, vitaminas del complejo B y minerales como zinc y selenio para desarrollar plumas fuertes y brillantes. Cuando la dieta es deficiente o desequilibrada, el ave no puede producir queratina de buena calidad, lo que provoca plumas frágiles, quebradizas o de crecimiento lento.

En México, este problema se observa con mayor frecuencia en pequeños productores que alimentan a los pavos con mezclas caseras o raciones improvisadas sin supervisión. La falta de nutrientes esenciales puede generar plumaje opaco, caída prematura y retrasos en la muda. Además, las aves pueden presentar anorexia, debilidad y menor ganancia de peso. La formulación de dietas balanceadas y el uso de suplementos específicos durante etapas de muda o crecimiento intensivo son prácticas recomendadas para corregir estas deficiencias.

Estrés y alteraciones en el plumaje

El estrés es otro factor que influye en el estado del plumaje. Situaciones como hacinamiento, cambios bruscos de temperatura, ruidos intensos o falta de espacio pueden detonar comportamientos anormales como el picoteo entre aves. Este comportamiento, conocido como picaje, lleva a la pérdida de plumas en zonas como la espalda, el cuello y la cola.

Además del daño físico, el picaje puede convertirse en un hábito difícil de erradicar si no se corrige la causa. Los cambios metabólicos asociados al estrés también afectan la producción y calidad de las plumas, por lo que mantener un ambiente estable, ventilado y con suficiente espacio es fundamental. Las parvadas con acceso a áreas de movimiento controlado y con actividades que reduzcan el aburrimiento muestran menos problemas de este tipo.

Infecciones bacterianas y fúngicas

Aunque menos comunes, las infecciones por bacterias u hongos pueden afectar directamente la piel y el plumaje. La dermatitis bacteriana suele aparecer cuando hay heridas provocadas por picaje o rascado continuo, lo que permite la entrada de agentes como Staphylococcus o Escherichia coli.

Estas infecciones producen inflamación alrededor de los folículos, costras y pérdida localizada de plumas. En ambientes muy húmedos, pueden aparecer hongos que afectan la piel o las plumas, deteriorándolas y generando mal olor. El control de la humedad y la pronta atención de heridas evitan complicaciones.

Prevención y buenas prácticas de manejo

La prevención es la herramienta más eficaz para evitar enfermedades del plumaje en pavos. Un buen manejo implica mantener corrales limpios, secos y bien ventilados; asegurar una alimentación balanceada y adecuada a la edad de las aves; establecer programas de vacunación y desparasitación; y revisar periódicamente el estado de la piel y las plumas.

Además, es importante evitar el ingreso de aves externas sin una cuarentena previa y mantener registros de salud para detectar patrones o brotes recurrentes. Invertir en buenas prácticas de manejo no solo mejora el bienestar de los pavos, sino que también favorece la productividad y reduce las pérdidas económicas.