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Es indispensable conocer algunas de importantes patologías de los perros que son capaces de afectar también a los seres humanos. Muchas veces el tutor de un animal de compañía no sabe que su perro puede experimentar ciertas enfermedades y síntomas, puesto que considera que esos indicios son particulares de otras especies.

Tal circunstancia puede tener como resultado un manejo inadecuado de la alimentación del perro. Tomando en cuenta lo anterior, en lo que sigue comentaremos cuáles son algunas consecuencias del manejo inadecuado en la alimentación o en el cuidado de la salud de can.

En específico, detallaremos en las líneas que siguen lo que es el ictus y algunos de los aspectos que los tutores de canes ignoran, con frecuencia, acerca de esta enfermedad.

Cómo entender el ictus en los perros

Al hablar acerca del ictus nos referimos a una obstrucción del flujo de la sangre hacia determinada zona del cerebro. Por el hecho de que la oxigenación en el cerebro se ve limitada, las células de este órgano se ven en riesgo y en ciertas circunstancias pueden dejar de ser operativas.

Hay dos variedades de ictus que debemos de distinguir en busca de un manejo más eficiente de tal eventualidad. Uno de ellos es el ictus isquémico y el otro es el ictus hemorrágico.

Una gran señal para el veterinario es que en el ictus embólico los indicios se presentan de brusca manera y en poco tiempo logran su expresión límite. Ello contrasta con el ictus hemorrágico, el cual suele tener un comienzo y un desarrollo bastante más retardado.

Principales síntomas del ictus en los canes

De entre los principales síntomas relacionados con el ictus en los canes cabe mencionar los siguientes: fiebre elevada, síndrome vestibular, parálisis, ataxia, debilidad en los músculos, complicaciones para conservar una postura adecuada y giros en la cabeza.

La manifestación de esta clase de patologías suele causar una gran preocupación a las personas que cuidan a las mascotas. Y es que se trata de una sintomatología que surge de abrupta manera. Los indicios neurológicos que el can con ictus suele exponer se relacionan de íntimo modo con la zona del cerebro que presenta afectaciones.

Principales causas del ictus en los canes

Son varias las causas que son capaces de producir esta patolgía tanto en los perros como en los humanos. Cualquier circunstancia que propicie el surgimiento de un coagulo de sangre lo suficientemente grande como para obstaculizar el flujo de la sangre con relación al cerebro, podrá apuntar directamente a la aparición de un ictus.

De entre las causas más habituales de identificar con respecto a los ictus en los canes cabe mencionar las neoplasias, la endocarditis y la migración o émbolo de parásitos.

En este rubro de factores propIciadores de ictus en los canes también debemos mencionar el surgimiento de cuagulos post quirúgicos y la enfermedad de von Willebrand. Este último es un problema hematológico capaz de retardar la correcta coagulación de la sangre por la carencia de determinadas proteínas. Todo ello puede favorecer la ocurrencia de un ictus hemorrágico.

Cómo se realiza el diagnóstico del ictus en el perro

Al tratarse de un cuadro con tantas complicaciones y con tantas posibles causas el veterinario tiene la obligación de efectuar practicamente la mayoría de los exámenes complementarios que actualmente se manejan. El objetivo de ello era recopilar la mayor cantidad de datos posibles.

Lo primero es llevar a cabo la identificación del tipo de ictus del can. El primer indicio de ello se conseguirá a través de la llamada anamnesis. Como procedimiento complementario se recomienda emplear la tomografia computarizada.

Determinar las posibles causas del ictus en el perro

Al momento de buscar las causas de esta enfermedad, muy probablemente el veterinario deberá efectuar una química sanguínea, una hematología y un procedimiento de urinálisis.

El objetivo de los procedimientos mencionados es la obtención de datos importantes, como, por ejemplo, el recuento de plaquetas en el torrente sanguíneo.

También se deberán efectuar examinaciones hemodinámicas como, por ejemplo, la medición de la presión arterial, la realización de electrocardiogramas y la aplicación de examenes con rayos X.

En ciertos casos se suelen obtener ecografias para lograr el descarte de alguna neoplasia que pudiera ser la propiciadora del ictus en el perro.