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El problema de la colestasis en el perro

Siempre es valioso conocer acerca de las enfermedades que más afectan a la salud de las mascotas. Solo de esa manera se puede iniciar de manera eficaz el combate a tales patologías que tanto comprometen la calidad de vida de nuestras mascotas. En lo que sigue comentaremos acerca de una enfermedad que afecta con severidad al organismo del perro. Nos referimos a la colestasis, complicación capaz de dañar gravemente el sistema biliar.

¿Cómo se manifiesta la colestasis en el perro? En general se perfila como la anormal acumulación de bilis en el hígado, en la vesícula biliar o en los conductos biliares. Todo lo anterior por algún bloqueo o la supresión del flujo de la bilis. Tal problemática impide de modo parcial o total el arribo de la bilis a los intestinos.

Variedades de colestasis en el can

De acuerdo con la causa que haya producido la anormal acumulación de bilis en un órgano como el hígado, la colestasis puede presentarse en dos variedades distintas:

En primera instancia tenemos a la coléstasis intrahepática, enfermedad que se presenta cuando la colestasis se concentra en el propio hígado y afecta específicamente a los conductos biliarios de tipo intrahepático.

 A continuación tenemos la colestasis extrahepática, misma que se presenta cuando el factor que desencadena el problema se ubica fuera del hígado. Con ello, el daño se genera en los conductos biliares extrahepáticos.

 Principales causas de la colestasis en el can

 Ahora bien, las causas que propician la colestasis canina son diferentes según si se trata de un caso de tipo intrahepático o extrahepático.  

 Si estamos ante una colestasis intrahepática, de entre las causas principales que generan esta condición hay que destacar la fibrosis o inflamación a nivel del espacio porta y la obstrucción de los conductos biliares intrahepáticos.

Por otra parte, si estamos ante un caso de colestasis extrahepática, las principales causas asociadas a ello son los procesos inflamatorios o tumores,  el síndrome de la bilis espesa, la compresión de las vías biliares por factores externos y la presencia de parásitos, coágulos o cálculos biliares.

Síntomas más importantes de la colestasis canina

Llego el momento de comentar acerca de los síntomas más significativos que nos revelan la ocurrencia de la colestasis en el perro.

En este sentido, el signo más revelador de la colestasis canina es la ictericia, es decir, cierta tonalidad amarillenta que se advierte en la piel de los animales afectados y en sus mucosas. Tal pigmentación se debe a las acumulaciones de bilirrubina en el organismo.

Otros posibles síntomas relacionados con la colestasis son las heces sin coloración alguna, la presencia de grasa en el excremento (esteatorrea) y el síndrome de malabsorción, también conocido como síndrome de maldigestión.

Cómo se diagnostica la colestasis en el perro

En cuanto se han descrito las causas más determinantes y los síntomas más representativos que estén vinculados a la colestasis, lo que sigue es el correcto diagnóstico de la enfermedad por parte del veterinario.

Desde una perspectiva general, el protocolo para diagnosticar la colestasis en los canes debe de orientarse en técnicas como las siguientes: ecografía abdominal, una completa revisión física, ecografías de la zona abdominal, resonancias magnéticas y una analítica del torrente sanguíneo incluyendo un perfil hepático.

Cuál es el tratamiento para combatir la colestasis canina

El tratamiento que siguen los veterinarios para atender los casos de colestasis canina varía de acuerdo con las causas que han producido esta enfermedad.

Hay dos posibles tratamientos para atender estas situaciones: el médico y el quirúrgico.

En el caso del primero, este empleará fármacos antibióticos, complementos vinamínicos y medicamentos hepatoprotectores.

En ciertas situaciones también se incluyen procedimientos de fluidoterapia, en especial cuando el animal padezca de deshidratación.

Por lo que se refiere al tratamiento quirúrgico para solucionar los casos de colestasis canina, este procedimiento suele ser indispensable cuando el problema es ocasionado por una obstrucción fuera del hígado.

Las alternativas quirúrgicas suelen incluir un retiro de la vesícula biliar (procedimiento conocido como colecistectomía); la técnica de colocar stents en las vías biliares, con el objetivo de preservar su permeabilidad al paso de la bilis; el retiro de tumores que compriman los conductos biliares y también la apertura de las vías biliares o de la propia vesícula.

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