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Discutiendo la eutanasia en las mascotas 

Difícilmente podría pensarse en un caso de eutanasia en mascotas, cuando se termina sacrificando a un perro o gato que se encuentre saludable, apenas enfermo, o bien delicado, pero con muchas posibilidades de recuperación. Si se decidiera quitarle la vida a una mascota sana, no debería manejarse la noción de eutanasia, sino la de sacrificio, con todas las negativas connotaciones que esta lleva asociadas.  

Por ello, para comprender a ciencia cierta los alcances y limitaciones de la eutanasia en las mascotas, es preciso distinguir lo que implica esta última y el sacrificio de un ser vivo. Quienes utilizan sin reflexión previa el concepto de eutanasia para referirse al sacrificio sin sentido de animales, en cierto modo están actuando como cómplices de tan censurable acción.  

Cuál es la diferencia entre sacrificio y entropía

A final de cuentas, para entender la diferencia entre una y otra acción hay que atender en aspectos como el medio para quitarle la vida a esa mascota y el posible motivo que justifique tal procedimiento. Para quienes ya no quieren cuidar a un animal de compañía, quienes no pueden atender a su perro o su gato- por no tener los suficientes recursos-, o quienes no han podido encontrar adoptantes para su mascota, no tiene justificación válida para solicitar una eutanasia. En realidad, lo que están haciendo es sacrificar a ese animal.  

Por todo lo anterior es tan valioso discutir el sentido de la eutanasia. Se trata de una noción que solo puede ser aplicada a aquellas mascotas que hayan sido diagnosticadas por un veterinario y a las cuales se les haya detectado una enfermedad sin curación. Son animales cuyo estado físico, cuya salud se encuentra tan afectada que sean proclives a experimentar agudos dolores y una lenta agonía.  

Las mascotas con enfermedades incurables

De manera que, solo si un especialista determina que una mascota padece una enfermedad incurable y que esta condición tiene como consecuencia un sufrimiento sin sentido para ese animal, puede hablarse de eutanasia. Los dueños del perro o gato (o cualquier otra mascota, más allá de su especie) deben asumir la responsabilidad de solicitar un procedimiento veterinario como la eutanasia.  

Una resolución así debe ser tomada como la opción final, cuando ya no quedan otras salidas médicas y procurando en todo momento el bienestar de esa mascota. Es indispensable que la eutanasia sea llevada a cabo por un veterinario experimentado, en especial por motivos legales, morales y hasta científicos. Únicamente este especialista se encuentra capacitado para inducir la muerte de la mascota utilizando procedimientos indoloros y que no motiven angustia en el animal.  

Qué es el sacrificio no eutanásico

En contraste con la eutanasia tenemos el sacrificio no eutanásico de animales de compañía. Estamos hablando de la acción de quitarle la vida a un perro o gato sin que nos importe que su agonía sea dilatada, que padezca intensos dolores y que tenga un enorme sufrimiento. Es algo censurable que debe ser evitado bajo cualquier circunstancia.  

En lo que se refiere a la eutanasia de un minino o un can, se trata de un procedimiento veterinario que puede ser llevado a cabo en algunos minutos tan solo. El veterinario tiene la posibilidad de realizar una eutanasia en su consultorio, o en la vivienda en donde habite ese animal enfermo.

La responsabilidad de los dueños de mascotas

Todo lo anterior nos debe llevar a la reflexión acerca de la responsabilidad que implica adoptar a un animal de compañía. No es una decisión que deba tomarse a la ligera, de manera precipitada o a causa de presiones de las circunstancias. Para evitarle al máximo cualquier sufrimiento e incomodidad a ese perro o gato, hay que revisar si nuestra vivienda cumple con las condiciones necesarias para garantizar su pleno bienestar.

 Así también, antes de llevar a una mascota a nuestro domicilio, por mucho que los integrantes de la familia se encuentren debemos de constatar que tenemos los recursos financieros suficientes para atender como se merece a una mascota, procurando que no le falte nada para su bienestar físico y mental.

 No menos importante es asumir el compromiso de llevar a nuestras mascotas al veterinario periódicamente para que sean evaluadas. De ese modo se podrán detectar posibles problemas en la salud de esos animales y recibir los tratamientos indispensables para su cabal recuperación.  

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