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Prevención y atención veterinaria de la ascitis en perros

La ascitis en perros es una condición que causa la acumulación anormal de líquido en la cavidad abdominal. Aunque no es una enfermedad en sí misma, es un signo clínico que puede indicar la presencia de problemas graves en órganos vitales como el corazón, el hígado o los riñones.

La detección temprana y la atención veterinaria oportuna son fundamentales para mejorar el pronóstico del animal y evitar complicaciones que pongan en riesgo su vida. En este texto se analizan las causas, síntomas, métodos de diagnóstico, tratamiento y medidas preventivas relacionadas con la ascitis canina, así como la importancia del acompañamiento veterinario en todo el proceso.

¿Qué es la ascitis y por qué se presenta en los perros?

La ascitis se manifiesta cuando se acumula líquido seroso entre las vísceras abdominales y la pared del abdomen. Este líquido puede provenir de una filtración excesiva de los vasos sanguíneos o linfáticos, o de una deficiencia en la capacidad del organismo para reabsorberlo.

Las causas más comunes incluyen enfermedades hepáticas como la cirrosis o la hepatitis crónica, insuficiencia cardíaca congestiva, trastornos renales, infecciones abdominales, cáncer o tumores en órganos internos. En algunos casos, la ascitis también puede estar relacionada con una dieta inadecuada o con traumatismos que afecten el flujo sanguíneo y linfático en la zona abdominal.

El hígado y el corazón son los principales órganos implicados. Cuando el hígado falla, la presión en las venas porta aumenta, lo que provoca que el líquido se filtre hacia la cavidad abdominal. En el caso del corazón, una insuficiencia en su bombeo causa retención de líquidos y congestión en los vasos sanguíneos. Por ello, la ascitis debe considerarse siempre como un signo de alerta que requiere evaluación veterinaria inmediata.

Síntomas característicos de la ascitis en perros

Los signos clínicos de la ascitis son evidentes en la mayoría de los casos, pero pueden confundirse con otras patologías si no se realiza una exploración detallada. El aumento del volumen abdominal suele ser el síntoma más visible, acompañado de dificultad para respirar debido a la presión del líquido sobre el diafragma.

También pueden presentarse letargo, debilidad generalizada, disminución del apetito, pérdida de peso, encías pálidas o amarillentas cuando existe daño hepático, vómitos, diarrea e intolerancia al ejercicio. En algunos perros la acumulación de líquido puede ser tan lenta que los dueños no perciben el cambio hasta que el abdomen se torna visiblemente distendido, mientras que en otros los síntomas aparecen de forma repentina, especialmente cuando la causa es una insuficiencia cardíaca aguda o una infección grave.

Diagnóstico veterinario

El diagnóstico de la ascitis requiere la intervención de un veterinario, quien determinará la causa subyacente mediante un examen físico completo y diversas pruebas complementarias. En la exploración se puede palpar el abdomen para confirmar la presencia de líquido, y se realiza una punción abdominal o abdominocentesis para extraer una muestra que permita analizar el tipo de fluido y su origen.

Otras herramientas diagnósticas incluyen el ultrasonido abdominal, que permite observar la cantidad de líquido y el estado de los órganos internos; las radiografías, que ayudan a evaluar la silueta del hígado, el corazón y los pulmones; los análisis de sangre y orina, útiles para detectar daños hepáticos, renales o cardíacos; y el electrocardiograma o ecocardiograma en casos donde se sospeche una enfermedad cardíaca. El objetivo del diagnóstico es identificar la enfermedad que causa la acumulación de líquido, ya que el tratamiento se orientará principalmente a resolver el problema de fondo.

Tratamiento y atención veterinaria

El tratamiento de la ascitis depende de la causa que la origina. En la mayoría de los casos, el veterinario combinará medidas de emergencia para drenar el líquido con un tratamiento médico destinado a estabilizar al paciente y controlar la enfermedad subyacente. La abdominocentesis es una técnica que permite extraer el exceso de fluido para aliviar la presión abdominal y mejorar la respiración, aunque no es una solución definitiva, pues el líquido puede volver a acumularse si la causa primaria persiste.

El tratamiento médico puede incluir diuréticos como la furosemida o la espironolactona, que ayudan a eliminar el exceso de líquido a través de la orina; una dieta controlada en sodio para evitar la retención de líquidos; medicamentos específicos para tratar enfermedades cardíacas, hepáticas o infecciosas; antibióticos en caso de infección bacteriana, y terapia de soporte que puede incluir suplementos nutricionales o vitaminas. En algunos perros, especialmente los que padecen enfermedades crónicas, el tratamiento será de mantenimiento y requerirá controles veterinarios frecuentes para ajustar las dosis de medicamentos y monitorear la evolución.

Medidas preventivas y cuidados en casa

La prevención de la ascitis se basa en mantener la salud general del perro mediante una alimentación equilibrada, revisiones veterinarias regulares y control de las enfermedades que puedan derivar en esta condición.

Es recomendable proporcionar una dieta balanceada y baja en sodio, evitar el sobrepeso, cumplir con el calendario de vacunación y desparasitación, y observar cualquier cambio en el abdomen, el apetito o la energía del perro.

También es importante no administrar medicamentos humanos ni diuréticos sin prescripción veterinaria. Los perros con antecedentes de insuficiencia cardíaca, cirrosis hepática o enfermedades renales deben tener un seguimiento constante, pues la detección temprana de una recaída puede evitar que la ascitis se agrave.

Importancia del acompañamiento veterinario

El papel del veterinario es esencial en todas las etapas del proceso: diagnóstico, tratamiento y prevención. Solo un profesional puede determinar la causa exacta de la ascitis y aplicar el tratamiento adecuado.

Además, el seguimiento médico permite ajustar la terapia según la evolución del animal y garantizar que su calidad de vida se mantenga estable a largo plazo. La ascitis, aunque alarmante, puede controlarse eficazmente si se atiende a tiempo y se mantiene una comunicación constante con el especialista.

La prevención, los cuidados adecuados y la intervención veterinaria oportuna son las mejores herramientas para proteger la salud de nuestras mascotas y ofrecerles una vida plena y saludable.

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