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Cualquier persona que se dedique a la cría porcina, ya sea para participar en exposiciones especiales en el entorno pecuario como también quienes se encarguen de la operatividad de una granja- como, por ejemplo, los responsables de un criadero de ganado porcino-, deben tener presente cual es la relación entre la influenza, estos animales y los peligros de contagio que tienen los humanos.

En este texto mencionaremos detalles acerca del virus de la influenza y sus afectaciones a los cerdos u los humanos. También comentaremos acerca de cómo deben de proceder quienes se encuentren en contacto con estos animales para disminuir al máximo el riesgo de contagio que se presenta al manipularlos cotidianamente.

Cómo es el contagio del virus de influenza en humanos y cerdos

Hay varios causantes de enfermedades respiratorias en el ganado porcino, destacando en este caso a la influenza. De entre las variedades de influenza únicamente los virus correspondientes a la influenza A son capaces de infectar a los cerdos. Casi todos los virus de influenza que pueden hallarse entre las poblaciones porcinas se diferencian de aquellos que merodean entre las comunidades humanas.

En cuanto los elementos virales que por lo general circulan entre el ganado porcino son capaces de infectar a los seres humanos, se les denomina como “variaciones” del virus. En años recientes han estado circulando tres virus principales de influenza entre los cerdos de Norteamérica: H1N1, H3N2 y H1N2.

Se trata de virus que no son capaces de infectar a los seres humanos y que son distintos genéticamente a los virus H3N2v y H1N1 que sí tienen fuerte presencia entre las poblaciones humanas.

Influenza humana e influenza porcina

Cuando los virus de la influenza que circulan entre las granjas porcinas son muy distintos a los virus de las poblaciones humanas, las personas pueden tener una escasa protección inmune (o incluso nula) contra los virus que afectan a la influenza porcina.

Así también, las vacunas contra la influenza humana no ofrecen protección alguna contra los virus de la influenza que afectan a los cerdos.

Por otra parte, los virus de la influenza por lo general infectan a las piaras y cerdos, lo cual puede derivar en elevados índices de contagio entre los ejemplares, aunque se presentan también escasos casos mortales.

Los principales síntomas de la influenza en los cerdos

Signos inequívocos de contagio de influenza en los cerdos son la fiebre elevada, secreciones nasales, escaso apetito, estornudos, complicaciones respira y tos.

No obstante, el ganado porcino también puede contagiarse de influenza, especialmente por aquellos virus que generan esta enfermedad y que circulan entre las aves y las personas. Tal difusión cruzada entre diferentes especies y la posible mezcla entre los microorganismos que propician la influenza pueden producir novedosos y peligrosos virus de influenza, gérmenes que pueden propagarse con facilidad en las poblaciones humanas.

Cómo evitar los contagios de influenza en el ganado porcino

Es posible reducir el peligro de infecciones en las poblaciones de cerdos y también mitigar la severidad de los contagios siguiendo algunas estrategias especiales. Son planes de bioseguridad en los espacios de cría porcina como las que mencionaremos en lo que sigue.

Emprender un plan de vacunación en la totalidad de la piara

Utilizar las estrategias de bioseguridad convenientes y aconsejadas por el veterinario.

Realizar la vacunación del personal responsable de la cría de los cerdos contra la influenza estacional

Utilizar convenientes sistemas de ventilación

El aprovechamiento de las vacunas porcinas contra los cerdos

Si bien las vacunas contra la influenza para las poblaciones porcinas pueden ofrecernos una cierta ayuda no nos ofrecen una eficacia total. En ocasiones las vacunas que se utilizan no brindan protección contra el virus de la influenza o no más específicamente con las variedades en circulación.

Adicionalmente las vacunas actuales de influenza no son totalmente eficaces con los ejemplares porcinos más jóvenes por la manera en que intervienen los anticuerpos que su madre les ha transmitido.

Por lo general, lo mejor es ofrecer protección a los cerdos más jóvenes vacunando a la hembra, no obstante, tales anticuerpos transmitidos a las crías por medio de su madre no ofrecen una total protección y van reduciéndose antes de que se cumplan las primeras 13 semanas.

Los responsables de granjas y criaderos porcinos pueden vacunar a sus ejemplares luego de que se presente esta disminución de los anticuerpos transmitidos por vía materna.