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Hablar acerca de la Hipoplasia cerebelosa en el gato implica hacerlo acerca de una infección de tipo intrauterino. El causante de esta condición es el virus que produce la panleucopenia felina. Cuando una gata está esperando crías, el microorganismo se introduce en el cerebelo de los pequeños gatos, lo cual les producirá alteraciones en su correcto desarrollo cerebral.

Otros factores también son capaces de producir complicaciones cerebrales en los jóvenes gatos, aunque la Hipoplasia cerebelosa, producida por el virus de la panleucopenia, es la causante de los síntomas más patentes, como temblores corporales, ataxia o hipermetría.

Ahora bien, estos jóvenes gatos con el paso del tiempo, pueden tener una calidad y una esperanza de vida parecida a la de un minino sin esta problemática. No obstante, en ciertos casos su circunstancia de vida puede ser bastante grave y limitarán sus posibilidades de bienestar físico.

Resulta recomendable conocer lo mejor posible acerca de esta clase de enfermedades que afectan a los mininos. Es el primer paso para combatir el problema y brindarles a nuestros animales de compañía las atenciones veterinarias que requieren.

Cómo se presenta la Hipoplasia cerebelosa en los mininos

Se le llama Hipoplasia cerebelosa a una complicación relacionada con la normal evolución neurológica del cerebelo. Este último es un órgano que forma parte del sistema nervioso central, mismo que está encarado de coordinar los movimientos corporales y controlar las contracciones musculares.

La Hipoplasia cerebelosa en el gato es una enfermedad definida por una reducción en las dimensiones del cerebelo, así como también una desorganización de su corteza y otros problemas cerebrales. La suma de estas complicaciones conduce al minino a problemas de coordinación motora y una severa condición denominada como dismetría.

En los mininos puede suceder que una cría nazca con un cerebelo mal desarrollado y de deficiente tamaño. Por ello corre el riesgo de exhibir síntomas clínicos bastante particulares desde la semana inicial de su vida. Tales signos se van haciendo cada vez más evidentes para las personas que cuidan al minino, conforme el animal va creciendo.

Cuáles son las principales causas de la Hipoplasia cerebelosa en los gatos

Los daños cerebelares en el minino pueden estar relacionados con problemas congénitos o adquiridos luego del nacimiento- en cualquier periodo de la vida del animal-, de modo que las causas que producen señales de daños en el cerebelo pueden ser causas adquiridas o congénitas.

No obstante, la causa más habitual de la enfermedad que les comentamos es el virus de la panleucopenia felina.

Principales síntomas de la Hipoplasia cerebelosa en el gato

Con respecto a los principales síntomas de la hipoplasia cerebelosa, son señales que se presentan cuando el joven minino comienza a caminar. Se trata de manifestaciones como ataxia, temblores corporales, hipermetría, extraños balanceos del tronco al desplazarse, saltos de modo exagerado con escasa precisión y temblores al comenzar cada movimiento.

Los gatos afectados por este problema también suelen exhibir torpes movimientos en las extremidades y movimientos oculares pendulares y oscilatorios.

Cómo se diagnostica la Hipoplasia cerebelosa gatuna

Cabe señalar que la Hipoplasia cerebelosa en los gatos en los casos más graves puede hacer que el animal tenga dificultades para desplazarse y para alimentarse.

El diagnóstico de esta enfermedad lo realiza el veterinario empleando exámenes de laboratorio o de imagen, aunque los síntomas de los trastornos cerebelares son tan manifiestos en las semanas iniciales de vida del gatito que ello suele ser suficiente para que el veterinaio consiga diagnosticar la enfermedad.

Cual es el tratamiento de la Hipoplasia cerebelosa en los mininos

Ni tratamiento, ni cura se tiene disponible para los casos de hipoplasia del cerebelo del gato. Aunque al no tratarse de una enfermedad de progresivo desarrollo, el animal no empeorará conforme crece con la edad. Y si bien nunca podrá movilizarse como un minino normal, es posible que tenga la calidad de vida de un minino sin esta enfermedad.

Por lo anterior, esta condición no debe de perfilarse como un impedimento para que un gato sea elegido para adopción. También es posible intentar una mejoría de su condición por medio de procedimientos de  rehabilitación neurológica y ejercicios de propiocepción. Gracias a ello, el minino consigue aprender a vivir, poco a poco, con las limitaciones corporales que tiene.