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Hay distintas problemáticas capaces de hacer que un can experimente inmovilidad o parálisis. En ciertos casos se trata de dinámicas que van avanzando con el paso del tiempo hasta provocar que el perro quede postrado, sin posibilidad alguna de movilizarse. No obstante, en ciertas ocasiones proceder con prontitud puede llegar a ser clave para la atención de los animales afectados.

De modo que la cuestión acerca de por qué mi can no puede caminar de pronto, es más pertinente de lo que pudieras pensar. Hay causas específicas capaces de provocar este problema, como, por ejemplo, complicaciones sistémicas, trastornos ortopédicos y lesiones de tipo medular.

Por qué mi can repentinamente no puede andar

En ciertos casos un can no puede caminar de pronto, comienza a temblar y carece de equilibrio. Estos animales pueden tener problemas para levantar su cuerpo, por padecer trastornos óseos o musculares. Con respecto a las lesiones medulares cabe mencionar algo importante: las lesiones que se producen en la médula espinal provocan, entre varias complicaciones, trastornos motores (lo cual se traduce en problemáticas de movilidad).

Cuando un can experimenta una lesión severa en la médula espinal, puede presentarse una abrupta parálisis, la cual le impide al perro andar. Así también, la cantidad de extremidades atrofiadas por la parálisis dependerá siempre del sector medular que haya sido afectado.

Causas por las que un perro puede sufrir parálisis en las extremidades

De entre los principales procesos por los cuales un can no puede andar de pronto debemos mencionar también los siguientes:

Severos traumatismos

Hernias discales

Embolismo fibrocartilaginoso

El tratamiento que debe aplicar el veterinario para atender tales problemas medulares puede ser distinto de acuerdo con el proceso particular que esté generando la lesión. Como ejemplo de lo anterior basta con pensar en las lesiones de las hernias discales, ya que, cuando el paciente no es ambulatorio, es decir, no puede andar, es preciso proyectar un tratamiento de tipo quirúrgico por parte del veterinario.

Enfermedades ortopédicas en los canes que no pueden caminar

Cualquier proceso que afecte de modo directo al aparato musculoesquelético (como los tendones, huesos, articulaciones o ligamentos) es capaz de poner en riesgo la movilidad del perro, al grado que le sea imposible el normal desplazamiento. Esto sucede principalmente cuando son problemáticas bastante dolorosas y agudas.

De entre las complicaciones traumatológicas capaces de propiciar que un can no pueda desplazarse destacan las siguientes: fracturas óseas  y fracturas de ligamentos. En lo que se refiere a estas últimas, cuando un perro experimenta una fractura en las articulaciones, es comprensible que sufra de un gran dolor y de cojera. En los casos en los cuales se presentan múltiples fracturas en distintas extremidades, es normal que los animales abruptamente dejen de caminar.

Por lo que se refiere a la rotura de ligamentos, la más frecuente de presentarse en los perros es la rotura del ligamento cruzado anterior. Por lo general, la rotura de este ligamento provoca un dolor de tal intensidad que el can no puede caminar más. Este problema suele presentarse más en perros de razas corpulentas como boxer, labradores, mastines y rottweiler.

Parálisis en las extremidades caninas por trastornos sistémicos

Cuando un can no tiene fuerza en las extremidades traseras hay distintas causas posibles que el veterinario debe de analizar. No solo las complicaciones medulares y ortopédicas están relacionadas con ello, sino también otras causas que aquí debemos mencionar.

Enfermedades infecciosas

Intoxicaciones

Procesos causantes de agudos dolores

En este último caso, ciertas patologías, como por ejemplo, las obstrucciones en el intestino, la cistitis o la pancreatitis, puede generar un dolor bastante agudo en el abdomen del perro. En tales circunstancias resulta común observar como los perros se quedan inmóviles, incapaces de andar, por el severo dolor en el abdomen que experimentan.

Es tiempo de comentar acerca de los procesos crónicos capaces de generar el problema motriz mencionado en el perro. Se trata de procesos que, si bien no se manifiestan de modo agudo, también pueden ocasionar la inmovilidad del animal. La sintomatología asociada a ellos va avanzando con el paso del tiempo. De inicio suelen presentarse con síntomas leves, poca sensibilidad, debilidad en las extremidades, dolores y cojera. No obstante, con el transcurso del tiempo tales síntomas se van acentuando, hasta llegar a la postración completa del perro, siendo este incapaz de desplazarse por cuenta propia.