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Severa enfermedad de elevado contagio, la tuberculosis se perfila como un problema de salud animal causado por variados tipos de micobacterias pertenecientes al complejo de nominado como Mycobacterium tuberculosis. Se trata de una enfermedad que generalmente se desarrolla de modo crónico, generando síntomas como la tos, una  disminución en los deseos de alimentarse y una reducción de peso asociada a lesiones de tipo inflamatorio y granulomatoso.

En lo referente a las personas, el germen que produce esta enfermedad tiene por nombre Mycobacterium tubercolusis. Por lo que se refiere a los animales, otros microorganismos que forman parte del mencionado complejo tienen un rol más relevante, en especial Mycobacterium bovis, el más importante agente que provoca la tuberculosis en las poblaciones de cabras.

Sin embargo, tanto este último germen, como también Mycobacterium caprae, son capaces de dañar sin distinciones a los ejemplares bovinos o caprinos. Lo mismo sucede con respecto a muchos otros animales tanto silvestres como domésticos.

Cómo se presenta la tuberculosis porcina en los negocios pecuarios

Los ejemplares porcinos en muy raras ocasiones se enferman de tuberculosis con los tipos que se esparcen entre los humanos, aunque corren un gran riesgo de infectarse del tipo aviar, llamado M. avium y que suele afectar a los pájaros, además de hallarse en los entornos silvestres.

Algo bastante riesgoso acerca de la tuberculosis es que puede ocasionar una severa enfermedad, especialmente en los humanos con problemas de inmuno-depresión.

Cuáles son los principales síntomas de la tuberculosis porcina

La tuberculosis produce nódulos de pequeño tamaño en los ganglios linfáticos ubicados en el cuello y en los que se encargan del drenado del intestino delgado. Los cerdos pueden contagiarse de tuberculosis independientemente de la edad que tengan.

En muchas ocasiones las lesiones no son de tipo progresivo, no consiguen esparcirse por el cuerpo, no motivan que el animal enferme y no terminan por ser excretadas. Por lo demás, no se presentan síntomas clínicos y no es posible identificar distinciones en la producción obtenida de los ejemplares infectados y los que no se han contagiado de tuberculosis.

Factores y causas que favorecen la aparición de la tuberculosis porcina

Debemos mencionar que la tuberculosis no se transmite de un cerdo a otro, por lo cual esta enfermedad debería de ser considerada, más bien, como una infección propia del ambiente. En muy contadas ocasiones la tuberculosis es diagnosticada en ejemplares porcinos vivos.

Sabiendo que el microorganismo de la tuberculosis que afecta a los cerdos se concentra en pájaros silvestres, hay que tener especial precaución con los excrementos de los plumíferos contagiados cuando quedan esparcidos en el terreno. Y es que el agua, cereales y habitáculos de los cerdos, cuando se contaminan con estas heces, se colocan ante un elevado riesgo de contraer esta enfermedad.

Es importante señalar que el H2O polucionado con M. Avium se perfila como una frecuente fuente de contagios de tuberculosis.

Cómo se realiza el diagnóstico de la tuberculosis porcina

En los animales vivos, los diagnósticos de esta enfermedad se realizan por medio de pruebas de tuberculina en zonas cutáneas, aunque habitualmente quien atiende un negocio pecuario se percata del problema al revisar las cifras en el rendimiento de esa explotación.

Métodos de prevención contra la tuberculosis porcina

Por lo que se refiere a los posibles métodos de prevención y control de la tuberculosis, hay que dejar en claro que actualmente no hay tratamiento alguno para curar la tuberculosis porcina. Una medida preventiva que se acostumbra realizar en granjas y criaderos es quitar las camas y el pienso contaminado. También es acertado suprimir cualquier posible acceso de los ejemplares porcinos a los lugares donde hay aves, tanto de cría como silvestres.

De la misma manera, se recomienda el empleo de cloración en el agua.

Dimensionando el problema de la tuberculosis porcina

La tuberculosis se presenta ante los propietarios de granjas y criaderos como una enfermedad infecciosa de manifestación crónica que daña a los animales tanto silvestres como domésticos y al propio ser humano. Es un brote infeccioso causado por microorganismos bacteriales correspondientes al orden Actinomycetales y a la familia Micobacteriaceae, particular del género Mycobacterium.

La repercusión de esta enfermedad en los animales de granja se deja sentir en resultados económicos negativos, mismos que impactan en el aprovechamiento pecuario de las poblaciones de ganado porcino.