
La onfaloflebitis, una enfermedad infecciosa que afecta principalmente a terneros recién nacidos, representa un desafío importante para la ganadería. Se caracteriza por la inflamación del cordón umbilical y de las venas umbilicales, lo que puede derivar en complicaciones graves como septicemia, artritis, peritonitis y, en casos extremos, la muerte del animal.
La medicina veterinaria moderna ofrece diversas estrategias preventivas y terapéuticas para reducir la incidencia y el impacto de esta enfermedad en los hatos bovinos.
¿Qué es la onfaloflebitis y por qué es un problema?
El cordón umbilical de los terneros es un sitio vulnerable a la infección durante los primeros días de vida, especialmente en sistemas de crianza intensivos o en entornos con condiciones higiénicas deficientes.
Las bacterias presentes en el ambiente, como Escherichia coli, Staphylococcus spp. y Streptococcus spp., pueden colonizar el ombligo, penetrar en los vasos sanguíneos umbilicales y provocar inflamación e infección sistémica. La onfaloflebitis no solo compromete la salud inmediata del ternero, sino que también afecta su crecimiento y desarrollo a largo plazo, incrementando los costos de producción debido a la necesidad de tratamiento y posibles pérdidas animales.
La inflamación del ombligo, también conocida como "mal del ombligo", es una puerta de entrada para patógenos que circulan por todo el cuerpo, afectando articulaciones, hígado y otros órganos vitales. Esto convierte un problema local en una amenaza sistémica, lo que subraya la importancia de la detección y el tratamiento tempranos para evitar consecuencias devastadoras.
Prevención: La mejor estrategia
La prevención es la herramienta más efectiva para combatir la onfaloflebitis. Entre las medidas preventivas más importantes destacan:
Higiene en el parto y el manejo del recién nacido: Los corrales y áreas de parto deben estar limpios, secos y desinfectados regularmente para reducir la carga bacteriana. Un ambiente limpio minimiza el riesgo de que el cordón umbilical del ternero entre en contacto con agentes infecciosos.
Desinfección del cordón umbilical: La inmersión del ombligo en soluciones antisépticas, como yodo al 7% o clorhexidina, varias veces durante los primeros días de vida reduce significativamente el riesgo de infección. Este simple pero vital paso crea una barrera protectora que impide la entrada de bacterias al torrente sanguíneo.
Administración de calostro de calidad: El calostro es la principal fuente de inmunoglobulinas que refuerzan el sistema inmunológico del ternero. Se recomienda que reciba al menos cuatro litros en las primeras seis horas tras el nacimiento. Un ternero bien calostrado tiene un sistema inmune más fuerte y mejor equipado para luchar contra las infecciones, incluida la onfaloflebitis.
Estas medidas preventivas fortalecen las defensas naturales del ternero y minimizan la probabilidad de desarrollar la enfermedad.
Identificación y diagnóstico de la onfaloflebitis
Cuando la onfaloflebitis ya se ha desarrollado, la intervención temprana es crucial. Los signos clínicos incluyen:
Inflamación, enrojecimiento y calor en la zona umbilical.
Dolor al tacto.
Secreción purulenta.
Fiebre y decaimiento general del animal.
El diagnóstico se realiza mediante examen físico y palpación del cordón umbilical. En casos más complejos, el veterinario puede emplear ultrasonografía para evaluar la extensión de la infección en las venas umbilicales y órganos adyacentes.
Tratamiento médico
El tratamiento combina medidas locales y sistémicas:
Cuidado local: Limpieza y desinfección de lesiones, drenaje de abscesos y aplicación de pomadas antibacterianas.
Tratamiento sistémico: Administración de antibióticos como oxitetraciclina, amoxicilina o ceftiofur bajo supervisión veterinaria.
Intervenciones quirúrgicas: En casos avanzados puede ser necesario extirpar tejido necrosado o drenar abscesos profundos.
El seguimiento post-tratamiento asegura que el ternero se recupere completamente y previene recurrencias.
Importancia de la educación y el manejo de granja
La capacitación del personal de granja es esencial para reducir la incidencia de la enfermedad. Los ganaderos deben:
Reconocer los primeros signos de onfaloflebitis.
Aplicar correctamente los desinfectantes.
Mantener registros de calostraje y tratamientos.
La medicina veterinaria no solo proporciona herramientas terapéuticas, sino que también guía la implementación de prácticas preventivas sostenibles que protegen a los animales y aumentan la eficiencia de la producción.
La onfaloflebitis representa un riesgo significativo para la producción bovina, afectando la salud, el desarrollo y el rendimiento de los terneros.
La medicina veterinaria ofrece un enfoque integral que combina prevención mediante higiene y calostro, diagnóstico temprano y tratamiento eficaz con antibióticos y cuidados locales. Implementar estas estrategias protege a los terneros, contribuye a la eficiencia económica de la ganadería y asegura el bienestar general del hato.
La educación continua del personal y la atención cuidadosa a los recién nacidos son fundamentales para reducir la incidencia de la enfermedad y garantizar que los terneros crezcan fuertes y saludables desde sus primeros días de vida.