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Mi can no se alimenta y bebe demasiada agua

El escaso apetito, condición denominada como anorexia, y el aumento en la ingestión de agua- lo cual se conoce como polidipsia-, se perfilan como dos señales clínicas que pueden manifestarse relacionadas a ciertas patologías del perro. Habitualmente esta clase de síntomas se hacen presentes mezcladas con otros indicios clínicos, los cuales suelen ser de enorme apoyo para conseguir el mejor diagnóstico de la enfermedad causante del problema.

Si tienes interés en conocer las razones por las cuales un can no se alimenta como es debido y además consuma agua en anormales cantidades, lo que sigue te resultará de enorme interés.

La enfermedad renal crónica como causa posible

La llamada Enfermedad renal crónica (en adelante ERC) es una patología de tipo renal que se presenta con cierta frecuencia en el can, al grado que se perfila como la tercera causa de letalidad en estos animales. Estamos ante una disfunción renal que provoca acumulaciones de sustancias de alta toxicidad en el torrente sanguíneo. Es un problema de salud canina caracterizada por la presencia de lesiones renales que llevan a la progresiva pérdida- de modo irreversible- en las funciones de los riñones.

Para compensar este evento, las unidades funcionales de los riñones que logran sobrevivir incrementan su filtración, lo cual aumenta notablemente la producción de orina en el animal. Para que no se deshidrate, los perros tratan de compensar esa mayor cantidad de orina producida por el organismo, ingiriendo mayores cantidades de H2O.

Lamentablemente hoy por hoy no se cuenta con un tratamiento para curar este problema, por lo cual el manejo de esa enfermedad se lleva a cabo aplicando un tratamiento sintomático y de tipo nefroprotector.

El problema del hipoadrenocorticismo

Es tiempo de comentar acerca de una patología de tipo endocrino definida por un frecuente déficit en las hormonas generadas por la corteza adrenal, especialmente aldosterona y cortisol.

En esta clase de animales suele detectarse una disminución del apetito, lo cual deviene en una anorexia plena y en un aumento en el consumo de H2O. Aunado a lo anterior, los canes que padecen este problema suelen tener síntomas adicionales como ceguera, ataques y temblores, hipotermia, diarrea, vómitos, dolores en el abdomen, depresión, debilidad y una patente disminución de peso.

El control de esta enfermedad precisa un tratamiento permanente fundamentado en mineralocorticoides y glucocorticoides.

El problema de la hipopotasemia en el perro

La hipopotasemia se presenta como la reducción de los niveles de potasio en el torrente sanguíneo. En los canes esta problemática suele acontecer por una carencia renal de potasio (en los casos de acidosis tubular y enfermedad renal crónica) y por carencias gastrointestinales por haberse presentado vómitos o abundantes diarreas. Ello se debe a que los contenidos gastrointestinales tienen abundante potasio.  

Los canes que sufren de hipopotasemia suelen manifestar una disminución del apetito y un aumento en los deseos de beber H2O. Otros síntomas relacionados con esta problemática son la taquicardia, confusión, letargo, abundante debilidad muscular, y la mencionada poliuria.

El problema de la piometra en los perros

Otro posible factor causante de polidipsia y anorexia en las hembras caninas es la piometra, misma que se perfila como la patología uterina más habitual en las hembras caninas que han llegado a la madurez reproductiva. De modo específico, la piometra se presenta como una infección de tipo purulento en el útero, el cual acontece cuando la progesterona se concentra en elevados niveles, esto es, en las semanas posteriores al celo.

Aunados a los síntomas mencionados previamente, las hembras caninas que experimentan piometra suelen exhibir: letargo, depresión, diarrea, vómito, dilatación del abdomen y secreciones vaginales sanguinolentas o purulentas.

En los casos de mayor severidad o al carecer del adecuado tratamiento veterinario, pueden llegar a presentarse graves complicaciones como, por ejemplo, septicemia, peritonitis, toxemia y también problemas renales. Todo ello si no es atendido en tiempo y forma por el veterinario puede llegar a tener fatales consecuencias.

Por lo consiguiente, en cuanto sea diagnosticada la infección, es necesario aplicar un tratamiento siguiendo las indicaciones del veterinario. Tal tratamiento puede ser quirúrgico o médico según la severidad del proceso que experimente el animal. Muy importante será que el veterinario atienda el caso lo más pronto posible para contener sus efectos más negativos y comenzar lo más pronto posible con el tratamiento más conveniente.

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