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Cómo prevenir las enfermedades auditivas en los gatos

Las enfermedades auditivas en los gatos, aunque no son las afecciones más comunes, pueden causarles molestias significativas e incluso pérdida de audición si no se detectan y tratan a tiempo.

La prevención juega un papel clave para garantizar que nuestros compañeros felinos mantengan una buena salud auditiva durante toda su vida. A continuación, te presentamos las causas más frecuentes de problemas auditivos en gatos, los signos de alerta y las mejores prácticas para prevenirlos.

Principales causas de enfermedades auditivas en gatos

El oído del gato es una estructura compleja y delicada compuesta por el oído externo, medio e interno. Cada una de estas partes puede verse afectada por distintos factores:

Otitis externa: inflamación del canal auditivo externo, a menudo causada por ácaros, bacterias, hongos o cuerpos extraños.

Ácaros del oído (Otodectes cynotis)**: parásitos muy comunes, especialmente en gatitos y gatos que viven en exteriores o en comunidades felinas.

Infecciones bacterianas o fúngicas: pueden desarrollarse por acumulación de cerumen, humedad o heridas.

Cuerpos extraños: como espigas o pequeñas partículas vegetales que se introducen en el canal auditivo.

Tumores o pólipos: que afectan sobre todo a gatos mayores.

Traumatismos o lesiones: producto de peleas o accidentes.

En casos más graves, una infección no tratada puede propagarse al oído medio o interno, afectando el equilibrio del gato o incluso provocando sordera.

Signos de alerta

Observar el comportamiento del gato es fundamental para detectar posibles problemas auditivos. Algunos signos comunes que pueden indicar una afección auditiva son:

Rascado frecuente de una oreja o ambos oídos.

Sacudidas constantes de la cabeza.

Mal olor proveniente de los oídos.

Secreción marrón, amarilla o negruzca.

Inflamación o enrojecimiento del pabellón auricular.

Pérdida del equilibrio o inclinación de la cabeza.

Falta de respuesta a estímulos auditivos.

Si se detecta alguno de estos síntomas, es necesario acudir de inmediato al veterinario.

Prevención: una rutina esencial

Prevenir las enfermedades auditivas en los gatos no solo es posible, sino que puede integrarse fácilmente en la rutina de cuidado del animal. Aquí te presentamos algunas prácticas clave para proteger su salud auditiva:

Higiene auricular adecuada

El oído del gato produce cerumen de forma natural, y en condiciones normales no necesita una limpieza frecuente. Sin embargo, algunos gatos pueden producir más cerumen del habitual o acumular suciedad. Para ellos, se recomienda una limpieza regular con productos específicos para gatos, evitando el uso de hisopos de algodón, ya que pueden empujar la suciedad hacia el interior del canal auditivo.

Lo ideal es utilizar una gasa suave o un algodón humedecido con una solución limpiadora recomendada por el veterinario. Esta limpieza debe hacerse con cuidado y solo en el pabellón externo del oído.

Revisión periódica de los oídos

Aunque el gato no presente síntomas, conviene revisar sus oídos una vez por semana. Se debe observar si hay enrojecimiento, exceso de cera, mal olor o signos de inflamación. La detección temprana es clave para evitar complicaciones.

Control de parásitos

Los ácaros del oído son altamente contagiosos y causan gran incomodidad. Un tratamiento antiparasitario regular y específico, en forma de pipetas o collares, ayuda a prevenir infestaciones. Además, si se convive con varios gatos, es fundamental tratar a todos al mismo tiempo y mantener una buena higiene en su entorno.

Evitar la humedad

El exceso de humedad en el canal auditivo puede favorecer el crecimiento de bacterias y hongos. Si el gato se moja o se le baña, es importante secar bien sus orejas sin introducir nada en su interior. También se debe evitar que juegue o se acueste con las orejas húmedas.

Evitar el acceso a zonas con espigas o cuerpos extraños

Durante los paseos al aire libre o el contacto con jardines, los gatos pueden verse expuestos a espigas que se introducen en el oído. En temporada de primavera y verano, conviene inspeccionar las orejas después de cada salida y evitar zonas con vegetación densa.

Chequeos veterinarios regulares

Una revisión general cada seis o doce meses permite al veterinario detectar signos tempranos de enfermedades auditivas o cualquier otro problema de salud. En gatos mayores, estas revisiones deben ser más frecuentes, ya que el riesgo de padecer tumores o infecciones crónicas aumenta con la edad.

Consideraciones especiales

Gatitos: los más jóvenes son especialmente propensos a los ácaros. Durante sus primeros meses de vida deben revisarse con frecuencia.

Gatos de orejas caídas o muy peludas: algunas razas como el Scottish Fold o los Maine Coon pueden ser más propensas a infecciones por la morfología de sus orejas. En estos casos, la limpieza y vigilancia deben ser aún más cuidadosas.

Gatos con acceso al exterior: deben recibir una prevención más rigurosa debido a su exposición constante a parásitos, suciedad y cuerpos extraños.

La salud auditiva es un aspecto que a menudo se pasa por alto en el cuidado felino, pero resulta esencial para su bienestar. Mediante una rutina de observación, higiene y prevención, es posible evitar la mayoría de las enfermedades del oído. Al prestar atención a los signos de alerta y realizar chequeos veterinarios periódicos, ayudamos a que nuestros gatos lleven una vida saludable y libre de molestias.

Escuchar es parte importante de su forma de relacionarse con el mundo. Cuidar sus oídos es cuidar también su calidad de vida.

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