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Uno de los medios más eficaces para controlar diferentes enfermedades víricas en animales de granja y domésticos ha sido la vacunación. Distintas naciones han lanzado ambiciosos programas de vacunación para así disminuir e incluso erradicar enfermedades que no solo dañan a los animales de granja o las mascotas, sino también, por su elevado potencial de contagio, a sus propietarios humanos.

La responsabilidad de la vacunación animal

Ahora bien, conviene apuntar que las tácticas enfocadas al control de las dinámicas víricas en los animales de granja son parecidas a las que se presentan en los humanos. No obstante, hay un factor que determina en buena medida el éxito o el fracaso de tales tentativas de salubridad: mientras que en la vacunación humana el gobierno tiene un rol de gran relevancia tanto en lo que se refiere a las campañas de información y prevención, en lo que se refiere a los animales de granja, tiene una intervención menor en los esfuerzos por erradicar contagios.

De modo que en muchos casos la vacunación de animales de granja depende en buena medida de la decisión del propietario de la vaca, ternero, caballo, gallina, conejo, etc. Es el dueño de la granja o criadero quien toma la decisión y asume los costos de aplicar las vacunas a sus animales, siempre con la asesoría de un experimentado veterinario. Por eso es tan importante conseguir las vacunas de mejor calidad, así como también todos los productos que se requieran para conservar la salud y bienestar de los animales de granja.

La vacunación en los animales de granja

Preservar la salud de los animales de granja, así como también garantizarles las mejores condiciones de vida en su etapa de cría, es básico para obtener alimentos nutritivos y saludables al comercializar su carne y derivados.  Por lo anterior, es indispensable que el veterinario prepare estrategias para el control de las enfermedades que afectan a los animales de granja y que para ello utilice los recursos más variados, las mejores herramientas que tenga a su alcance. Es incluso una vía para aprovechar al máximo los productos de la granja y rentabilizar al máximo lo producido por ella.

La vacunación es una de las diferentes “armas” con las que se cuentan cotidianamente en las granjas para obtener los mejores resultados en términos rentables. Se deben buscar las mejores medidas de bioseguridad para impedir el acceso de patógenos procedentes de otros criaderos animales o granjas. Para conseguir lo anterior se debe, entre otras estrategias, aplicar rigurosas medidas de higiene, manipulación e interacción con los animales de granja, para así disminuir al máximo la propagación de enfermedades entre los animales de la granja. También es recomendable llevar un estricto control de la alimentación de los ejemplares y propiciar que tengan un ambiente ideal para su desarrollo, con la debida higiene y la indispensable comodidad.

La acción de las vacunas en los animales de granja

Las vacunas por lo general están enfocadas a combatir a procesos virales de considerable potencial de contagio, si bien hay otras vacunas que están orientadas a prevenir enfermedades relacionadas con parásitos y bacterias específicas. Por este motivo, la vacunación es un mecanismo de gran trascendencia para la conservar una estable explotación de los recursos animales de una granja.

Una vez que el virus ha afectado a una explotación animal, la proliferación de la enfermedad dependerá del nivel de resistencia de los animales frente a ese microorganismo, llegándose a producir- o no- un foco infeccioso en esa población animal de la granja.  De allí la importancia que tiene incrementar el grado de resistencia de los ejemplares frente a la acción de los agentes patógenos más dañinos para que cuando el virus o bacteria ingrese al entorno de la granja, la infección no tenga posibilidades de progresar.

Tipos de vacunas para animales de granja

Es importante señalar que hay diferentes vacunas en el mercado y que se pueden conseguir en negocios especializados, como es el caso de Farmacia Veterinaria San Bernardo. Algunas de ellas están diseñadas para disminuir afectaciones en el sistema respiratorio de los animales de granja y otras más para mitigar los problemas que afectan la normal actividad de los intestinos de estos ejemplares.

En cambio, hay otras vacunas enfocadas a los animales de granja que ayudan a prevenir la acción de patógenos que alteran su fertilidad y derivan en elevadas tasas de mortalidad embrionaria, abortos y malformaciones fetales.