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Numerosos objetos y eventos inesperados pueden propiciar la asfixia en el can. Vale la pena conocer cómo se desencadena este percance y cómo prevenir cuáles son los factores que lo desencadenan. También es indispensable conocer algunas acciones para superar estos alarmantes eventos.

Seguramente quienes cuentan con un can como animal de compañía han tenido que afrontar un evento en el que el animal se ahoga a causa de un objeto extraño que le obstruye la garganta o comida que no ha sido digerida convenientemente.

La asfixia en los canes puede ocurrir en muchas situaciones distintas, sin embargo, la persona encargada de cuidar al perro no debe de perder la calma en modo alguno.

Si el tutor del perro se estresa y permite que los nervios lo alteren al máximo, esa mascota lo captará y también se colmará de ansiedad. Siguiendo un conjunto de acciones concretas y teniendo la máxima calma, un evento como el mencionado puede superarse sin consecuencias y quedar simplemente como un mal momento.

En lo que sigue mencionaremos algunos de los principales factores causantes de la asfixia en los perros.

El alimento y los juguetes del can

Los canes generalmente muerden más de lo que son capaces de sostener con su dentadura.

Sin importar las dimensiones del objeto que el animal tiene en el hocico, hay que observar con atención cuánto va disminuyendo de tamaño con los mordisqueos hasta que finalmente cabe en el área posterior de la garganta.

En caso de que ese objeto sea lo suficientemente grande como para obstaculizar ese vital conducto, es cuando se presenta la asfixia.

Riesgos asociados a la asfixia en los perros

Trozos de madera, zapatos y huesos pueden ser elementos mortales para un can y más si no se supervisa con la debida atención cuando nuestra mascota juega con determinados objetos o cuando consume ciertos alimentos.

En este mismo sentido, restos alimenticios como semillas, huesos o trozos grandes y sólidos también pueden quedar atascados en la tráquea del perro. Con ello queda bloqueada de manera parcial o total esa vía indispensable para la respiración del can.

La mejor solución para prevenir el problema consiste en aplicar una adecuada supervisión al juego del perro, y luego, quitarle cuidadosamente ese objeto de dimensiones tan reducidas como para alojarse en su garganta.

Cómo se presentan los casos de ahogamiento canino por agua

También suelen presentarse casos en los que el perro se ahoga con agua. Esto suele presentarse cuando se tiene una excesiva confianza en la destreza del can para nadar y se le deja solo en una laguna o alberca.

Si acaso el animal se encuentra alejado de la orilla y termina por cansarse, el agua podría inundar su tráquea y con ello ponerse en peligro mortal. Para prevenir esta clase de percances lo mejor es colocar rampas en las albercas y ofrecerle ayuda al perro cuando se fatigue al estar nadando.

Los casos de ahogamiento canino por humo

Del mismo modo, cuando un perro inhala humo a causa de la quema de algún objeto o material, estando en un espacio cerrado, ello puede llevar a esa mascota a la asfixia.

No menos importante resulta proteger al perro de las olas de calor que suelen presentarse, estando el can encerrado en un automóvil.

En estos casos, la temperatura suele elevarse tanto que el animal se muestra ansioso por salir del vehículo. Ello suele presentarse principalmente en los periodos más cálidos del año, cuando el animal siente más sofocación al estar dentro del coche sin poder salir y con dificultades para respirar libremente.

Casos de asfixia en el perro por alguna caída

También debemos de mencionar los casos de ahogo del perro por haber recibido un fuerte golpe en el área del torax, en el pecho o en su cuello. La severidad de este traumatismo estará determinada por el peso y la edad del can, en tanto que los cartílagos y la estructura ósea del perro se tornan más flexibles con el transcurrir de los años y eso puede provocar que se fracturen más fácilmente.

Algunas circunstancias médicas también pueden provocar que un can sea más propicio a experimentar eventos de asfixia, como, por ejemplo, la traqueobronquitis.